El término Lomografía toma su nombre de una cámara fotográfica fabricada en la antigua Unión Soviética, la Lomo Kompact Automat (Lomo LC-A).
Como tantos otros modelos de cámaras analógicas, quedó fuera de las tiendas especializadas, desplazada por las cámaras digitales.
De la mano es este “movimiento artístico” tan controvertido como exitoso, “La Lomografía”, encontró el camino de vuelta hacia los adictos a la fotografía analógica. Disciplina que exige tiempo, paciencia y esfuerzo, tres conceptos que desaparecen en nuestra actual forma de vivir.
Los orígenes de este movimiento, se remonta al año 1991, dos estudiantes de arte (Wolfgang Stranzinger y Matthias Fiegl) en un viaje por Checoslovaquia. En estas fecha se producía en el país cambios importantes, estaba saliendo de la influencia soviética y podían encontrarse cantidad de productos de saldo procedentes de la URSS.
Un buen día, encontraron dos cámaras Lomo LC-A en un mercadillo de Praga. La adquirieron a un precio de risa y decidieron adquirirlas además de unos carretes de película. Durante el viaje se dedicaron a jugar con ellas, disparando fotos de una manera poco ortodoxa. Ya de regreso a su ciudad, los estudiantes quedaron muy sorprendidos de las peculiares y llamativas imágenes que tomaron.
©Fotografías de la página oficial de Lomography
El entorno artístico donde se desenvolvían los estudiantes, comenzó a demandar mas y más ese tipo de cámaras. De esta forma, poco a poco nació el singular movimiento fotográfico. En 1993 los amigos comenzaron a tomar consciencia del tamaño de lo que se estaba generando y decidieron constituir la “Sociedad Lomográfica”, una institución de carácter artístico, con la intención de expandir el “mensaje” de la Lomografía.
En el año 1994 se celebró la “I Exposición Lomográfica” en la ciudad de Berlín. Poco a poco empezaron a crearse “embajadas” de esta corriente artística en varias ciudades del mundo. Dos años más tarde, la fábrica rusa que manufacturaba las cámaras Lomo interrumpe su producción, totalmente ajena a la creciente demanda en Europa Occidental. Entonces Wolfgang y Matthias, decidieron poner en práctica algo que parecía imposible, se viajaron a San Petersburgo, sede de la factoría Lomo y consiguieron convencer a los responsables para que reiniciaran la producción.
En 1997 tuvo lugar el “I Congreso Mundial de Lomografía” celebrado en Madrid y la marca. Un año después se dejaron ver por la feria Photokina y para 2001 ya habían abierto su primera tienda en Viena. En 2006 la marca soviética abandona definitivamente la producción y es la Sociedad Lomográfica al que toma el control de la fabricación, esta vez con fábricas en China, es entonces cuando llega la LC-A+ (una reproducción fiel de la LC-A original).
©Fotografías de la página oficial de Lomography
Lo más curioso del tema es que la Lomografía debe sus características peculiares a unos defectos graves de óptica surgidos de una mala imitación. En 1982, el general ruso Igor Petrowitsch, mano derecha del Ministro de Industria, enseña una pequeña cámara japonesa (una Minox Cosina CX-1) al Director de la fábrica de ópticas Lomo, Michail Panfilowitsch. Ambos muy sorprendido para la calidad de la cámara, deciden fabricar una similar para ofrecer una cámara compacta decente a los hijos de la madre Rusia (es decir que la copiaron sin el más mínimo escrúpulo).
La LC-A estaba provista de un gran angular “Minitar 1” mal diseñado, lo que provocaba aberraciones cromáticas, un efecto de viñeteado (oscurecimiento de los bordes) y por si fuera poco saturaba enormemente los colores. A todo esto le podemos añadir un modo automático que provoca halos por sobreexposición y un enfoque muy rudimentario que en la mayoría de los casos desenfocaba las imágenes. En en rumen, tenemos entre las manos una cámara desastrosa pero que es capaz de tirar fotos con una fuerte personalidad: Vibrantes colores falsos y todo tipo de sorpresas, propias de un diseñador que hubiera perdido el juicio con Photoshop.
©Fotografías de la página oficial de Lomography
Derivadas de la Lomo original han surgido nuevas cámaras realmente curiosas. Hay modelos con óptica fija está ideada para producir defectos concretos: Como la Fisheye otras, como la Spinner, que realizan panorámicas manuales mediante un mecanismo de muelles. Incluso existe una cámara que toma pequeños clips de varios segundos mediante series de fotogramas, la Lomokino. Los modelos que comercializa Lomography son reproducciones cámaras analógicas antiguas como la Lubitel 166.
Elijamos la cámara que elijamos, la Lomografía no premia la reflexión o el encuadre justo. Su fin no es más que divertirse sacando fotos casuales y espontáneas. Si lees los diez mandamientos de la Lomografía te darás cuenta que su único objetivo es disfrutar generando efectos inesperados y artísticos de forma casual.
Podemos considerar a la lomografía como la inspiració de muchas aplicaciones que usamos en nuestros móviles, que simulan los efectos mediante filtros. Eso sí, un buen lomógrafo no recurre jamás a trucos digitales. En lo más profundo del corazón de la esta corriente artística está el amor por la casualidad, además de por la nostalgia.
©Fotografías de la página oficial de Lomography
10 REGLAS PARA SER UN BUEN LOMÓGRAFO |
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